El cultivo della quinoa
Estamos a principios de febrero de 2016 y, mientras en América del Sur estamos en plena cosecha de quinoa, en la zona mediterránea es momento de empezar a pensar en la siembra que, en Europa, en condiciones normales, podría tener lugar entre principios de marzo y finales de abril (en el extremo sur incluso a partir de febrero). En este artículo hablaré sobre el cultivo de la quinoa y las operaciones a realizar desde la siembra hasta la cosecha, sin tocar el proceso de transformación.
Antes que nada, me gustaría hacer una premisa en cuanto a la quinoa: a fecha de hoy, en Europa, no existen pesticidas registrados que puedan ser utilizados en este cultivo. Por lo tanto, no distinguiré entre cultivo orgánico y convencional. La única diferencia puede residir en la fertilización que puede ser orgánica o mineral según el tipo de técnica de cultivo que cada uno decida utilizar.
Como ya he comentado en otros artículos, la quinoa es una planta que se adapta a situaciones de sequía, temperatura y salinidad del suelo. Por lo tanto, para la elección del terreno donde sembrar, los factores que hacen que un terreno sea “no apto” para el cultivo de la quinoa son principalmente: estancamiento de agua (se excluyen categóricamente las zonas donde se produce el estancamiento), suelos que tienden a crear costra superficial (dificultarían la emergencia), suelos muy arenosos (salvo que se tenga posibilidad de regar).
Preparación del suelo
Una vez elegida la parcela en la que sembrar, es importante proceder a la preparación del suelo. Para la quinoa no es necesario una labranza particularmente profunda, en suelos más compactos puede ser útil una labranza más minuciosa, preferiblemente con subsolador para facilitar el drenaje. El tamaño de la semilla requiere un lecho de cultivo muy bien preparado. Es importante realizar una adecuada fertilización en presiembra, como se hace con los cereales.
Siembra
La siembra, como ya se ha comentado, se realiza a principios de primavera (obviamente en el sur se hará antes que en el norte, incluso a partir de enero en la franja más meridional de Europa, como extremo sur de Italia, Andalucía o Grecia) y se puede realizar con diferentes métodos en función del tipo de suelo, de la variedad de quinoa que sembraremos y la maquinaria que tengamos disponible. Si nuestro objetivo es hacer un ensayo en parcela (que en fase experimental es una opción más que recomendable), el consejo es proceder a la siembra manual, Para extensiones mayores se puede utilizar una sembradora de precisión (técnica recomendada) o una sembradora de cereal (técnica menos adecuada). El suelo se puede preparar realizando las mismas operaciones que se realizan para el trigo, tratando de refinar el suelo con precisión para crear una cama ideal.
La siembra se puede realizar con diferentes técnicas según el equipo disponible y el tipo de suelo. Es posible realizar siembras de precisión o siembras con máquina para cereales, esta última no ofrece la posibilidad de deshierbe, pero asegura que las plantas puedan distribuirse uniformemente en el suelo y puedan competir con las malas hierbas. La cantidad de semilla por hectárea es de unos 10 kg con máquina de cereal, con siembra de precisión, es posible reducir la cantidad de semilla en un 30%, utilizando el microgranulador. Si se dispone de una sembradora de precisión para hortalizas, con eyección neumática de la semilla, la cantidad de semilla necesaria puede descender por debajo de los 5 Kg/Ha. Siembra de precisión: La distancia entre hileras recomendada es de 45/50 cm, si se dispone de maquinaria para la eliminación de malezas capaz de trabajar a distancias inferiores, se puede reducir la distancia entre hilera. En hilera es posible sembrar incluso con un densidad muy alta (se recomienda usar el microgranulador porque las semillas de quinoa sueltan un polvo que tiende a obstruir los agujeros de los discos sembradores, a menos que se tenga una sembradora con eyección neumática de la semilla. La siembra de precisión facilitará la eliminación de malezas recurriendo al deshierbe mecánico. Si se dispone de equipos para el cultivo de maíz y girasol (sembradora y deshierbadora) con distancia de 75 cm entre hileras, también se pueden utilizar reduciendo ligeramente la cantidad de semilla por hectárea. Siembra con máquina para cereal: Esta técnica es, en nuestra opinión, una de las técnicas que se pueden utilizar en suelos que no presentan una especial complejidad en cuanto a la presencia de malas hierbas. Se recomienda sembrar dejando caer la semilla desde el alto de la máquina, sin que pase por los conductos, de manera que las semillas caigan sueltas, como una siembra a voleo. Esto asegura que las plantas cubran el suelo de manera uniforme, evitando el espacio entre una hilera y otra (que es donde surgirían las malas hierbas). Se aconseja pasar con rodillo antes de sembrar para evitar que la semilla se hunda demasiado). Evidentemente con esta técnica la profundidad de siembra no será homogénea.
Deshierbe
Con un buen manejo del suelo y una buena técnica de rotación, el control de malezas será relativamente simple y se puede lograr con el deshierbe. Si la presencia de malas hierbas es particularmente constante, sin duda se requerirán más pasos. Lo importante es que las malezas se mantengan bajo control hasta que las plantas logren cerrar la hilera. Sembrando con distancia mayor de 60 cm entre hileras, muchas variedades no conseguirían cerrar el espacio entre hileras y por lo tanto podría ser necesario repetir el deshierbe.
Irrigación
Uno de los aspectos más interesantes de esta planta es su resistencia a la sequía. Evidentemente, disponer de agua para riego inmediatamente después de la siembra (para favorecer la emergencia en situaciones de sequía) o en prefloración o llenado del grano puede ser una ayuda importante en años especialmente secos.
Adversidades
En cuanto a las enfermedades de las plantas, la quinoa no se ve afectada por problemas particulares, aunque algunas variedades pueden estar especialmente sujetas al mildiu que normalmente no va más allá de las hojas basales y desaparece con la llegada de las altas temperaturas. El mildiu puede retardar el crecimiento de las plantas y hacer que las malas hierbas las cubran. Hasta ahora, entre las pruebas realizadas en el área mediterránea, este problema se ha producido solo en casos esporádicos coincidiendo con primaveras especialmente lluviosas. De momento, en Europa, no se han registrado importantes problemas con insectos, arañas u otros microorganismos, a excepción de los pulgones y, en algunas zonas, las chinches. Los jabalíes no se sienten atraídos por la quinoa, este aspecto es muy importante dada la alta presencia de estos animales, especialmente en Italia.
Cosecha
El ciclo vegetativo de la quinua puede variar desde 120 días hasta 210 días dependiendo de la variedad. En la mayor parte de Europa se prefieren las variedades de ciclo corto (120-150 días), las zonas más al sur de Europa pueden ofrecer la posibilidad de utilizar variedades de ciclo más largo, incluso hasta 180 días.
La quinoa se puede cosechar con una cosechadora de granos normal, prestando especial atención al nivel de humedad. Normalmente se recolecta con un nivel de humedad del 14/15% y luego se somete a un proceso de secado para llevar la humedad por debajo del 11%. Es posible esperar a que el nivel de humedad descienda antes de la cosecha, especialmente en climas particularmente secos, pero esto conlleva un alto riesgo de pérdida de semillas.
Obviamente, este no es un protocolo estándar para el cultivo de la quinoa, ya que sabemos que las variables son infinitas y que cada realidad, cada tipo de suelo y cada ambiente tiene sus peculiaridades.
Por tanto, el consejo que quiero dar a todo aquel que se acerque a este cultivo que, en mi opinión, representa una alternativa válida a mediano plazo, es que haga pruebas en pequeñas parcelas utilizando la maquinaria disponible, quizás con diferentes variedades, para evaluar directamente los resultados y el potencial de la quinoa.